Los investigadores asignaron a los participantes a mirar una serie de imágenes. A un grupo se le mostraron primero imágenes que evocaran emociones, y luego, unas imágenes más neutras. Los integrantes del otro grupo observaron primero imágenes neutras y, posteriormente, las que eran más emotivas. Seis horas después, los participantes se sometieron a diversas pruebas para comprobar qué recordaban de lo que habían visto.
Las personas que se expusieron primero a las imágenes emotivas tenían un recuerdo más agudo de las imágenes neutras en comparación con aquellas que observaron las imágenes neutras en primer lugar. Los estudios de neuroimagen denotaban que las imágenes emotivas preparaban al cerebro a recordar las cosas de forma más eficiente.
Según los autores, estos hallazgos aclaran que la cognición está muy influida por las experiencias precedentes y, concretamente, que los estados cerebrales emocionales pueden persistir durante largos períodos.
Tambini A, Rimmele U, Phelps EA, Davachi L
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