Un nuevo estudio ha concluido que el cerebro de los
niños que han sufrido un trastorno por estrés postraumático (TEPT)
presenta diferencias estructurales que no se observan en el cerebro de
los niños típicos, por lo que los efectos nocivos asociados con este
trauma infantil podrían conducir a cambios duraderos en la función
cerebral.
Los investigadores emplearon imágenes de resonancia magnética por tensor
de difusión para comparar la estructura cerebral de 24 niños chinos con
TEPT y 23 sujetos control. Todos habían experimentado el terremoto de
2008 en Sichuan. Ambos grupos de niños mostraron diferencias
significativas en la red de conexiones neurales del cerebro.
Según los autores, el grupo con TEPT tenía cambios sugerentes de una reducción en la eficiencia local (p = 0,0498) y global (p
= 0,0274) de la red, debido a daños o desconexiones entre regiones
vinculadas. La puntuación en la escala clínica autoadministrada de TEPT
se correlacionaba negativamente con la eficiencia nodal del giro
parietal superior izquierdo (r = –0,446; p = 0,043).
Fuente: http://pubs.rsna.org/doi/10.1148/radiol.2016160907
Neurologia.com
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